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- Out 5, 2021
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Baloncesto
El laberinto de Campazzo acaba en el Estrella Roja... de momento
El argentino, después de su salida del Real Madrid y de no triunfar en la NBA, regresa a Europa con el campeón serbio. Los blancos, a los que todavía debe parte de su cláusula, no igualaron la oferta
Cuando Facundo Campazzo puso rumbo a la NBA, allá por noviembre de 2020, no había un base como él en Europa. Había sido el MVP de los cuatro últimos títulos del Real Madrid y presumía de un jugoso vínculo con los blancos hasta 2024. Poco más de dos años después, camino de los 32 años, la salida del laberinto en el que el argentino se coló sin saberlo se sitúa ahora en Belgrado. Jugará, al menos hasta final del presente curso, para el Estrella Roja (a falta de confirmación oficial), un club que jamás pisó una Final Four.
En el campeón serbio, a las órdenes de Dusko Ivanovic y junto a su compatriota Luca Vildoza (quien adelantó el fichaje en una publicación en redes sociales), regresará el Facu a la Euroliga que lo encumbró. En busca de redención, con la sensación de haberse sumado a la lista de talentos triturados por la NBA y todavía debiendo dinero al Real Madrid de la cláusula de rescisión que firmó cuando renovó en agosto de 2019. Porque el enredo en que se ha convertido su no vuelta al equipo blanco tiene mucho que ver con aquel contrato.
Thank you for watching
Esa renovación fue un supuesto portazo a la NBA y a cualquiera que osara tentarle, con una cláusula de salida de seis millones de euros. Que tuvo que hacer frente poco después, cuando los Nuggets le ofrecieron un contrato. Fue en noviembre de 2020, con la temporada ya comenzada, y, pese a los buenos augurios, Campazzo no logró derribar la barrera del éxito en la mejor liga del mundo. Con un protagonismo venido a menos, fue cortado el pasado verano y sólo Luka Doncic salió a su rescate en octubre. Pero su aventura en los Mavericks también ha resultado efímera.
Plantilla cerrada
Las relaciones con la directiva del Real Madrid se enturbiaron en ese tira y afloja que fueron las negociaciones para un posible retorno ya este verano. Con más de 2,5 millones aún por pagar al club de su cláusula, el argentino pretendía un salario que en el club blanco, con la plantilla ya confeccionada (y hasta tres bases más en ella, Nigel Williams-Goss, Sergio Rodríguez y el todavía lesionado Carlos Alocén, además de Llull), no estaba dispuesto a pagar. Porque jugaba con el as bajo la manga de poder igualar cualquier oferta europea que le llegara al base.
Y esa oferta, contra todo pronóstico, ha acudido desde Belgrado, de un club que no ha presumido en los últimos años de potencial económico precisamente y que hace unos días fue sancionado por la propia Euroliga por impagos. Pero algo se mueve en el Estrella Roja en contestación del proyecto que fabrica Zeljko Obradovic en el enemigo Partizán. Hace unas semanas, los rojiblancos también repescaron a Luca Vildoza, con un salario superior al millón de euros. A Campazzó le pagarán 1,8 (y 2,5 el siguiente curso), el mayor sueldo de la historia baloncestística del país balcánico. Un montante para el que intervino la inversión pública, asunto nacional. A esa cantidad no ha llegado el Real Madrid, que ha tenido más de una semana para valorarlo.
Y, sin embargo, ni siquiera ese fichaje como escape de la situación atribulada de un jugador cuyo panorama de repente se afeó, parece definitivo 100% ni con visos de durar mucho tiempo. Según han desvelado varias informaciones, Campazzó podría romper con el Estrella Roja el próximo verano pagando una cantidad menor (50.000 euros). Entonces, tendría vía libre para, ahora sí, firmar un contrato largo -el último jugoso de su carrera- con un club puntero... incluso el propio Real Madrid. Porque aunque ya haya perdido su opción de igualar ofertas (en ACB sigue teniendo derecho de tanteo), aún juega con la carta de la cantidad de la cláusula que le debe. El culebrón Campazzo, parece, no ha escrito su último capítulo.
EL Mundo
El laberinto de Campazzo acaba en el Estrella Roja... de momento
El argentino, después de su salida del Real Madrid y de no triunfar en la NBA, regresa a Europa con el campeón serbio. Los blancos, a los que todavía debe parte de su cláusula, no igualaron la oferta
Cuando Facundo Campazzo puso rumbo a la NBA, allá por noviembre de 2020, no había un base como él en Europa. Había sido el MVP de los cuatro últimos títulos del Real Madrid y presumía de un jugoso vínculo con los blancos hasta 2024. Poco más de dos años después, camino de los 32 años, la salida del laberinto en el que el argentino se coló sin saberlo se sitúa ahora en Belgrado. Jugará, al menos hasta final del presente curso, para el Estrella Roja (a falta de confirmación oficial), un club que jamás pisó una Final Four.
En el campeón serbio, a las órdenes de Dusko Ivanovic y junto a su compatriota Luca Vildoza (quien adelantó el fichaje en una publicación en redes sociales), regresará el Facu a la Euroliga que lo encumbró. En busca de redención, con la sensación de haberse sumado a la lista de talentos triturados por la NBA y todavía debiendo dinero al Real Madrid de la cláusula de rescisión que firmó cuando renovó en agosto de 2019. Porque el enredo en que se ha convertido su no vuelta al equipo blanco tiene mucho que ver con aquel contrato.
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Esa renovación fue un supuesto portazo a la NBA y a cualquiera que osara tentarle, con una cláusula de salida de seis millones de euros. Que tuvo que hacer frente poco después, cuando los Nuggets le ofrecieron un contrato. Fue en noviembre de 2020, con la temporada ya comenzada, y, pese a los buenos augurios, Campazzo no logró derribar la barrera del éxito en la mejor liga del mundo. Con un protagonismo venido a menos, fue cortado el pasado verano y sólo Luka Doncic salió a su rescate en octubre. Pero su aventura en los Mavericks también ha resultado efímera.
Plantilla cerrada
Las relaciones con la directiva del Real Madrid se enturbiaron en ese tira y afloja que fueron las negociaciones para un posible retorno ya este verano. Con más de 2,5 millones aún por pagar al club de su cláusula, el argentino pretendía un salario que en el club blanco, con la plantilla ya confeccionada (y hasta tres bases más en ella, Nigel Williams-Goss, Sergio Rodríguez y el todavía lesionado Carlos Alocén, además de Llull), no estaba dispuesto a pagar. Porque jugaba con el as bajo la manga de poder igualar cualquier oferta europea que le llegara al base.
Y esa oferta, contra todo pronóstico, ha acudido desde Belgrado, de un club que no ha presumido en los últimos años de potencial económico precisamente y que hace unos días fue sancionado por la propia Euroliga por impagos. Pero algo se mueve en el Estrella Roja en contestación del proyecto que fabrica Zeljko Obradovic en el enemigo Partizán. Hace unas semanas, los rojiblancos también repescaron a Luca Vildoza, con un salario superior al millón de euros. A Campazzó le pagarán 1,8 (y 2,5 el siguiente curso), el mayor sueldo de la historia baloncestística del país balcánico. Un montante para el que intervino la inversión pública, asunto nacional. A esa cantidad no ha llegado el Real Madrid, que ha tenido más de una semana para valorarlo.
Y, sin embargo, ni siquiera ese fichaje como escape de la situación atribulada de un jugador cuyo panorama de repente se afeó, parece definitivo 100% ni con visos de durar mucho tiempo. Según han desvelado varias informaciones, Campazzó podría romper con el Estrella Roja el próximo verano pagando una cantidad menor (50.000 euros). Entonces, tendría vía libre para, ahora sí, firmar un contrato largo -el último jugoso de su carrera- con un club puntero... incluso el propio Real Madrid. Porque aunque ya haya perdido su opción de igualar ofertas (en ACB sigue teniendo derecho de tanteo), aún juega con la carta de la cantidad de la cláusula que le debe. El culebrón Campazzo, parece, no ha escrito su último capítulo.
EL Mundo