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Casado acusa a Sánchez de abandonar al niño de Canet: “¿Qué coño tiene que pasar para que asuma alguna responsabilidad?”
El líder del PP amenaza con llevar al Gobierno a los tribunales por la enseñanza del castellano y la pandemia
Pablo Casado dijo “coño”, en los escaños del grupo popular brotaron gritos de “¡bravo, muy bien!”, todos sus diputados se pusieron de inmediato en pie y estallaron en una enorme ovación. “¿Qué coño tiene que pasar para que usted asuma alguna responsabilidad?”, ha espetado el líder del PP al presidente del Gobierno este miércoles durante la sesión de control parlamentario al Ejecutivo. Casado remedaba así una frase que Pedro Sánchez, cuando estaba en la oposición, había dirigido al entonces presidente, Mariano Rajoy. El líder del PP ha culminado de ese modo, entre el entusiasmo de los suyos, una intervención parlamentaria en la que ha amenazado con llevar al Gobierno a los tribunales tanto por la gestión de la pandemia como por las resistencias de la Generalitat a cumplir la sentencia que obliga a impartir en los colegios catalanes un 25% de las asignaturas en castellano. Sánchez ha asegurado que su Gobierno exigirá cumplir el fallo judicial, aunque sin especificar cómo.
La estrategia opositora de Casado es disparar a todo lo que se mueve. En las sesiones de control, el líder del PP, a toda velocidad y sin titubear ni una vez, va saltando de un tema a otro mientras martillea con acusaciones y preguntas al presidente. La de este miércoles no ha sido la excepción. Ha empezado con la gestión de la pandemia, ha seguido con los precios de la luz y con la inflación, ha transitado vertiginosamente sobre los casos de Juana Rivas o de los abusos a menores en centros de la Comunidad Valenciana y de Baleares, ha citado de pasada las campañas del ministerios de Igualdad y de Comercio para acabar con el episodio de la menor de cinco años de Canet de Mar (Barcelona), acosada porque su familia ha pedido enseñanza en castellano. Todo eso, en dos minutos y medio repartidos en dos intervenciones.
El líder del PP ha amenazado por dos veces con llevar al Gobierno a los tribunales. Primero, por la gestión de la pandemia, basándose en las declaraciones recientes de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en las que esta aseguró que a finales de febrero de 2020 había avisado en el Gabinete de las consecuencias que podría tener el coronavirus, todavía incipiente en Europa en aquel momento. Luego, con más contundencia, Casado ha advertido de que también está dispuesto a acudir a los tribunales si el Gobierno no hace cumplir a la Generalitat la sentencia sobre la enseñanza en castellano. “¿Cómo deja abandonado a un niño de cinco años mientras sus socios separatistas dicen que hay que apedrearle porque sus padres han pedido que se cumplan sus derechos?”, ha reprochado al presidente. Y a continuación le ha vuelto a pedir que el Gobierno “cumpla con sus obligaciones constitucionales” y aplique el artículo 155 en Cataluña si la Generalitat no acata la sentencia. “Si no lo hace usted, les denunciaremos por desobediencia”, ha remachado para acabar advirtiendo también de que el Gobierno podría incurrir en un delito de prevaricación.
Sánchez lleva tiempo tirando de ironía para repeler los ataques de Casado. Y así ha comenzado su primera réplica: “¿Pero cuántos cafés se ha tomado ya?” En la segunda respuesta al líder de la oposición, tras escuchar cómo este lo parafraseaba con ese sonoro “coño” que ha levantado de sus escaños a los diputados populares, el presidente ha adoptado un tono más grave: “Acabamos de ver un claro ejemplo de cuál es la oposición, de qué falta de respeto tiene a las Cortes Generales esa bancada”. Pero Sánchez ha evitado entrar en el caso de la niña de Canet, hasta que la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no le ha dejado otro remedio.
Arrimadas ha denunciado el “fascismo” y el “odio” de los “escraches alentados por la Generalitat y TV3” contra los padres que reclaman enseñanza en castellano en Cataluña. También ha pedido la aplicación del 155 en esa comunidad autónoma y ha acusado a Sánchez de pasividad para no incomodar a sus “socios separatistas”. Ahí sí ha tenido el presidente que entrar en la cuestión. Ha mostrado su “solidaridad” con la familia de Canet y ha manifestado su “exigencia de que se cumplan las sentencias en firme”, sin entrar en más detalles. Con todo, el jefe del Ejecutivo ha criticado a la oposición por el uso político del caso. Ha recriminado a la derecha que hable de “apartheid lingüístico”. “¿Pero saben ustedes lo que fue el ‘apartheid’ en Sudáfrica”. Y tras reiterar el compromiso de su Gobierno en defensa de la diversidad de lenguas en España, ha concluido: “No vamos a politizar nunca ni la lengua ni la educación en ningún territorio”.
Durante la sesión de control, no podían faltar las alusiones a la reciente entrevista de Yolanda Díaz con el papa Francisco. Ese ha sido el hilo irónico del que ha tirado el habitual contrincante de la vicepresidenta segunda cada miércoles, Teodoro García Egea. El secretario general del PP ha encadenado varias frases preguntando a Díaz “si se arrepiente”, entre otras cosas, de su militancia comunista o de su pretensión de derogar la reforma laboral. La también líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo le ha contestado de un modo un tanto enigmático citando simplemente unos versículos de los evangelios, Mateo, 19,23-30. Son aquellos en los que Jesús dice que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos.
EL PAÍS
El líder del PP amenaza con llevar al Gobierno a los tribunales por la enseñanza del castellano y la pandemia
Pablo Casado dijo “coño”, en los escaños del grupo popular brotaron gritos de “¡bravo, muy bien!”, todos sus diputados se pusieron de inmediato en pie y estallaron en una enorme ovación. “¿Qué coño tiene que pasar para que usted asuma alguna responsabilidad?”, ha espetado el líder del PP al presidente del Gobierno este miércoles durante la sesión de control parlamentario al Ejecutivo. Casado remedaba así una frase que Pedro Sánchez, cuando estaba en la oposición, había dirigido al entonces presidente, Mariano Rajoy. El líder del PP ha culminado de ese modo, entre el entusiasmo de los suyos, una intervención parlamentaria en la que ha amenazado con llevar al Gobierno a los tribunales tanto por la gestión de la pandemia como por las resistencias de la Generalitat a cumplir la sentencia que obliga a impartir en los colegios catalanes un 25% de las asignaturas en castellano. Sánchez ha asegurado que su Gobierno exigirá cumplir el fallo judicial, aunque sin especificar cómo.
La estrategia opositora de Casado es disparar a todo lo que se mueve. En las sesiones de control, el líder del PP, a toda velocidad y sin titubear ni una vez, va saltando de un tema a otro mientras martillea con acusaciones y preguntas al presidente. La de este miércoles no ha sido la excepción. Ha empezado con la gestión de la pandemia, ha seguido con los precios de la luz y con la inflación, ha transitado vertiginosamente sobre los casos de Juana Rivas o de los abusos a menores en centros de la Comunidad Valenciana y de Baleares, ha citado de pasada las campañas del ministerios de Igualdad y de Comercio para acabar con el episodio de la menor de cinco años de Canet de Mar (Barcelona), acosada porque su familia ha pedido enseñanza en castellano. Todo eso, en dos minutos y medio repartidos en dos intervenciones.
El líder del PP ha amenazado por dos veces con llevar al Gobierno a los tribunales. Primero, por la gestión de la pandemia, basándose en las declaraciones recientes de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en las que esta aseguró que a finales de febrero de 2020 había avisado en el Gabinete de las consecuencias que podría tener el coronavirus, todavía incipiente en Europa en aquel momento. Luego, con más contundencia, Casado ha advertido de que también está dispuesto a acudir a los tribunales si el Gobierno no hace cumplir a la Generalitat la sentencia sobre la enseñanza en castellano. “¿Cómo deja abandonado a un niño de cinco años mientras sus socios separatistas dicen que hay que apedrearle porque sus padres han pedido que se cumplan sus derechos?”, ha reprochado al presidente. Y a continuación le ha vuelto a pedir que el Gobierno “cumpla con sus obligaciones constitucionales” y aplique el artículo 155 en Cataluña si la Generalitat no acata la sentencia. “Si no lo hace usted, les denunciaremos por desobediencia”, ha remachado para acabar advirtiendo también de que el Gobierno podría incurrir en un delito de prevaricación.
Sánchez lleva tiempo tirando de ironía para repeler los ataques de Casado. Y así ha comenzado su primera réplica: “¿Pero cuántos cafés se ha tomado ya?” En la segunda respuesta al líder de la oposición, tras escuchar cómo este lo parafraseaba con ese sonoro “coño” que ha levantado de sus escaños a los diputados populares, el presidente ha adoptado un tono más grave: “Acabamos de ver un claro ejemplo de cuál es la oposición, de qué falta de respeto tiene a las Cortes Generales esa bancada”. Pero Sánchez ha evitado entrar en el caso de la niña de Canet, hasta que la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no le ha dejado otro remedio.
Arrimadas ha denunciado el “fascismo” y el “odio” de los “escraches alentados por la Generalitat y TV3” contra los padres que reclaman enseñanza en castellano en Cataluña. También ha pedido la aplicación del 155 en esa comunidad autónoma y ha acusado a Sánchez de pasividad para no incomodar a sus “socios separatistas”. Ahí sí ha tenido el presidente que entrar en la cuestión. Ha mostrado su “solidaridad” con la familia de Canet y ha manifestado su “exigencia de que se cumplan las sentencias en firme”, sin entrar en más detalles. Con todo, el jefe del Ejecutivo ha criticado a la oposición por el uso político del caso. Ha recriminado a la derecha que hable de “apartheid lingüístico”. “¿Pero saben ustedes lo que fue el ‘apartheid’ en Sudáfrica”. Y tras reiterar el compromiso de su Gobierno en defensa de la diversidad de lenguas en España, ha concluido: “No vamos a politizar nunca ni la lengua ni la educación en ningún territorio”.
Durante la sesión de control, no podían faltar las alusiones a la reciente entrevista de Yolanda Díaz con el papa Francisco. Ese ha sido el hilo irónico del que ha tirado el habitual contrincante de la vicepresidenta segunda cada miércoles, Teodoro García Egea. El secretario general del PP ha encadenado varias frases preguntando a Díaz “si se arrepiente”, entre otras cosas, de su militancia comunista o de su pretensión de derogar la reforma laboral. La también líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo le ha contestado de un modo un tanto enigmático citando simplemente unos versículos de los evangelios, Mateo, 19,23-30. Son aquellos en los que Jesús dice que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos.
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