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- Out 5, 2021
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El Gobierno trata de aislar el resto de la ley del 'sólo sí es sí' de la polémica por la rebaja de penas
La lucha interna en la coalición por su reforma lastra y resta credibilidad a la norma
La pugna interna abierta en el seno del Gobierno a cuenta de la reforma de la ley del sólo sí es sí ha provocado la erosión, desgaste e, incluso, descrédito de una ley pensada e impulsada para dar mayor protección a las mujeres. Pero la batalla por elevar o no las penas implementadas, tras la oleada de rebajas de penas a agresores sexuales, y cómo hacerlo ha situado el foco en este punto de la norma, dejando en el olvido y en un segundo plano todos los demás aspectos.
En el Gobierno, en el sector socialista, son conscientes de la merma de credibilidad que supone, por un lado la guerra interna abierta entre PSOE y Podemos, que incluso ha derivado que ahora mismo no haya interlocución entre Justicia e Igualdad y el diálogos en los últimos días esté roto; y por otro la aceptación del PSOE, que no de Podemos, ante el «problema» y la «alarma social» creadas de que la ley es «imperfecta».
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del sólo sí es sí, es una de las leyes bandera del Ejecutivo en materia feminista, una de las más importantes de la legislatura y de las que más importancia ideológica tiene. Por eso, porque es un puntal en el mensaje feminista por el que pugna, aquí también, PSOE y Unidas Podemos, los socialistas se han arremangado para defender las bondades y el proteccionismo que concede la norma, más allá de su decisión inalterable de reformas las penas al alza.
«Es una buena ley», es la frase que repiten todos los cargos socialistas que comparecen y a los que se les pregunta. «Es una ley que protege a las mujeres», apostillan. En el PSOE se esfuerzan por no dejar fuera de foco, como está sucediendo, todo el contenido de la norma, que definen como «buena» en todo lo que atañe a « la protección, la seguridad, el establecimiento de mejores condiciones para las mujeres».
El propio Pedro Sánchez, la madrugada del jueves al viernes, tras el Consejo Europa, hizo alusión a esta propósito de evitar que la ley quede manchada: «La ley es buena, otorga mayor protección a las víctimas de las agresiones, a las mujeres, y tuvo un propósito y un objetivo completamente distinto al que estamos viendo por desgracia».
El afán, por tanto, más allá de que la confrontación con Podemos siga vigente, y, a día de hoy, no haya acuerdo, es resaltar los «aspectos muy positivos» de la ley del sólo sí es sí. «Esa parte positiva hay que recordarla».
Desde Podemos, ayer la ministra Ione Belarra trató de rebajar el tono y abogó por un acuerdo «que respete el consentimiento, que mantenga el corazón de la ley, pero al mismo tiempo responda a los objetivos políticos que tiene el PSOE de reforma».
EL Mundo
La lucha interna en la coalición por su reforma lastra y resta credibilidad a la norma
La pugna interna abierta en el seno del Gobierno a cuenta de la reforma de la ley del sólo sí es sí ha provocado la erosión, desgaste e, incluso, descrédito de una ley pensada e impulsada para dar mayor protección a las mujeres. Pero la batalla por elevar o no las penas implementadas, tras la oleada de rebajas de penas a agresores sexuales, y cómo hacerlo ha situado el foco en este punto de la norma, dejando en el olvido y en un segundo plano todos los demás aspectos.
En el Gobierno, en el sector socialista, son conscientes de la merma de credibilidad que supone, por un lado la guerra interna abierta entre PSOE y Podemos, que incluso ha derivado que ahora mismo no haya interlocución entre Justicia e Igualdad y el diálogos en los últimos días esté roto; y por otro la aceptación del PSOE, que no de Podemos, ante el «problema» y la «alarma social» creadas de que la ley es «imperfecta».
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del sólo sí es sí, es una de las leyes bandera del Ejecutivo en materia feminista, una de las más importantes de la legislatura y de las que más importancia ideológica tiene. Por eso, porque es un puntal en el mensaje feminista por el que pugna, aquí también, PSOE y Unidas Podemos, los socialistas se han arremangado para defender las bondades y el proteccionismo que concede la norma, más allá de su decisión inalterable de reformas las penas al alza.
«Es una buena ley», es la frase que repiten todos los cargos socialistas que comparecen y a los que se les pregunta. «Es una ley que protege a las mujeres», apostillan. En el PSOE se esfuerzan por no dejar fuera de foco, como está sucediendo, todo el contenido de la norma, que definen como «buena» en todo lo que atañe a « la protección, la seguridad, el establecimiento de mejores condiciones para las mujeres».
El propio Pedro Sánchez, la madrugada del jueves al viernes, tras el Consejo Europa, hizo alusión a esta propósito de evitar que la ley quede manchada: «La ley es buena, otorga mayor protección a las víctimas de las agresiones, a las mujeres, y tuvo un propósito y un objetivo completamente distinto al que estamos viendo por desgracia».
El afán, por tanto, más allá de que la confrontación con Podemos siga vigente, y, a día de hoy, no haya acuerdo, es resaltar los «aspectos muy positivos» de la ley del sólo sí es sí. «Esa parte positiva hay que recordarla».
Desde Podemos, ayer la ministra Ione Belarra trató de rebajar el tono y abogó por un acuerdo «que respete el consentimiento, que mantenga el corazón de la ley, pero al mismo tiempo responda a los objetivos políticos que tiene el PSOE de reforma».
EL Mundo