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- Out 5, 2021
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Pedro Sánchez recupera a Adriana Lastra para desatascar la negociación con ERC
El presidente del Gobierno toca a rebato para evitar grietas inesperadas con los independentistas catalanes en la legislatura
Pedro Sánchez no quiere sorpresas antes de fin de año y ha llamado a rebato para evitar grietas que amenacen la solidez del bloque de investidura. La negociación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso de los Diputados escondía amenazas inesperadas de sus dos socios preferentes: ERC y PNV. Riesgos que convenía atajar de raíz para impedir que se tuerza el futuro que La Moncloa presume garantizado para la legislatura.
Tanto es así que para engrasar el diálogo y limar asperezas Sánchez ha recuperado para la negociación a la número dos del PSOE y ex portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, verdadera cimentadora del apoyo que independentistas y abertzales han prestado hasta ahora al Gobierno y azote de la oposición en la primera mitad del mandato.
Tras la euforia por haber superado en la Cámara Baja el trámite de las cuentas del Estado, llegó el descenso en picado impulsado por el malestar del nacionalismo vasco y de los republicanos independentistas. El Gobierno había afrontado la negociación demasiado confiado en el temor de sus aliados a la fortaleza de la alternativa de derechas PP-Vox y daba por hecho el acuerdo sin obstáculos importantes. Desoyó los avisos y se despreocupó.
Con el PNV, muy receloso tras quedar relegado en la negociación en beneficio de Bildu, se recondujo la situación hace una semana con la intervención urgente del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en una reunión con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el portavoz parlamentario, Aitor Esteban. Allí se encarriló la petición estrella de los peneuvistas: el permiso para que el País Vasco construya la entrada soterrada del AVE a Bilbao y a Vitoria.
El poco avezado Héctor Gómez
Con ERC la negociación se ha topado con escollos más difíciles de superar. Los catalanes se han sentido engañados en su principal reclamación: las cuotas de doblaje en catalán en las grandes plataformas audiovisuales. Esquerra decidió jugar todas sus cartas a esta apuesta, convencida de que, pese a la directiva europea que establece el principio de "país de origen" en virtud del cual las plataformas con sede no comunitaria responden a la legislación de su nacionalidad, el Gobierno seguiría vías similares a las de Francia o Italia, que sí han logrado imponer medidas a Netflix o HBO.
Frente a la negativa del Ejecutivo, que prefiere ofrecer a las plataformas condiciones amables para convertir a España en núcleo de producción y distribución audiovisual, la relación se tensó hasta el punto de que ERC amenazó con reabrir los Presupuestos en el Senado e incluso ir más allá torpedeando futuras iniciativas gubernamentales.
El aviso surtió efecto. Fue entonces cuando el presidente movilizó peones y rescató a Lastra. No bastaba con la intervención de Héctor Gómez, nuevo portavoz en el Congreso, aún poco avezado en los rigores de la organización parlamentaria y cuya actuación ya ha suscitado críticas entre los aliados del Gobierno que le atribuyen, con razón o no, el "caos" en las votaciones de Presupuestos o que al PSOE le hayan colado la "enmienda fake" que prevé 9.000 millones de euros para un fondo Covid y que el Ejecutivo ha advertido que no ejecutará.
Con la entrada de Lastra en las negociaciones, el tono de desafío ha bajado muchos enteros. Los contactos entre las partes se suceden y aunque aún no se da por cerrado un pacto, unos y otros aseguran que el diálogo es fluido y "va bien".
Desde el Gobierno se añade incluso que ya se ha perfilado una fórmula que permitiría conjugar todos los intereses en liza. La ex portavoz parlamentaria, por su parte, ha asegurado que habrá acuerdo y los socialistas, "como siempre, cumplirán". Y Esquerra a ella la cree.
EL Mundo
El presidente del Gobierno toca a rebato para evitar grietas inesperadas con los independentistas catalanes en la legislatura
Pedro Sánchez no quiere sorpresas antes de fin de año y ha llamado a rebato para evitar grietas que amenacen la solidez del bloque de investidura. La negociación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso de los Diputados escondía amenazas inesperadas de sus dos socios preferentes: ERC y PNV. Riesgos que convenía atajar de raíz para impedir que se tuerza el futuro que La Moncloa presume garantizado para la legislatura.
Tanto es así que para engrasar el diálogo y limar asperezas Sánchez ha recuperado para la negociación a la número dos del PSOE y ex portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, verdadera cimentadora del apoyo que independentistas y abertzales han prestado hasta ahora al Gobierno y azote de la oposición en la primera mitad del mandato.
Tras la euforia por haber superado en la Cámara Baja el trámite de las cuentas del Estado, llegó el descenso en picado impulsado por el malestar del nacionalismo vasco y de los republicanos independentistas. El Gobierno había afrontado la negociación demasiado confiado en el temor de sus aliados a la fortaleza de la alternativa de derechas PP-Vox y daba por hecho el acuerdo sin obstáculos importantes. Desoyó los avisos y se despreocupó.
Con el PNV, muy receloso tras quedar relegado en la negociación en beneficio de Bildu, se recondujo la situación hace una semana con la intervención urgente del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en una reunión con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el portavoz parlamentario, Aitor Esteban. Allí se encarriló la petición estrella de los peneuvistas: el permiso para que el País Vasco construya la entrada soterrada del AVE a Bilbao y a Vitoria.
El poco avezado Héctor Gómez
Con ERC la negociación se ha topado con escollos más difíciles de superar. Los catalanes se han sentido engañados en su principal reclamación: las cuotas de doblaje en catalán en las grandes plataformas audiovisuales. Esquerra decidió jugar todas sus cartas a esta apuesta, convencida de que, pese a la directiva europea que establece el principio de "país de origen" en virtud del cual las plataformas con sede no comunitaria responden a la legislación de su nacionalidad, el Gobierno seguiría vías similares a las de Francia o Italia, que sí han logrado imponer medidas a Netflix o HBO.
Frente a la negativa del Ejecutivo, que prefiere ofrecer a las plataformas condiciones amables para convertir a España en núcleo de producción y distribución audiovisual, la relación se tensó hasta el punto de que ERC amenazó con reabrir los Presupuestos en el Senado e incluso ir más allá torpedeando futuras iniciativas gubernamentales.
El aviso surtió efecto. Fue entonces cuando el presidente movilizó peones y rescató a Lastra. No bastaba con la intervención de Héctor Gómez, nuevo portavoz en el Congreso, aún poco avezado en los rigores de la organización parlamentaria y cuya actuación ya ha suscitado críticas entre los aliados del Gobierno que le atribuyen, con razón o no, el "caos" en las votaciones de Presupuestos o que al PSOE le hayan colado la "enmienda fake" que prevé 9.000 millones de euros para un fondo Covid y que el Ejecutivo ha advertido que no ejecutará.
Con la entrada de Lastra en las negociaciones, el tono de desafío ha bajado muchos enteros. Los contactos entre las partes se suceden y aunque aún no se da por cerrado un pacto, unos y otros aseguran que el diálogo es fluido y "va bien".
Desde el Gobierno se añade incluso que ya se ha perfilado una fórmula que permitiría conjugar todos los intereses en liza. La ex portavoz parlamentaria, por su parte, ha asegurado que habrá acuerdo y los socialistas, "como siempre, cumplirán". Y Esquerra a ella la cree.
EL Mundo